La frase que hemos oído todos: "El pobre, ¡no sabe ni freír un huevo!" nos da a entender que freír un huevo es fácil, pero puede que sea una de las cosas que más respeto da cuando empiezas a cocinar.
Que no se reviente, que no te salte el aceite, si la yema queda demasiado cuajada, que si la clara demasiado cruda....
Cada uno tiene su manera de hacer un huevo frito y os voy a explicar como los hago yo, que lo aprendí de mi madre y es como me gustan mas, con la clara hecha, puntilla y la yema al punto.
INGREDIENTES:
1 o 2 huevos por persona. Si son camperos o ecológicos mejor.
Aceite de oliva.
Sal.
ELABORACIÓN:
Pon en una sartén abundante aceite de oliva a calentar, yo uso de 0,4 pero si te gustan los sabores fuertes puedes utilizar de oliva virgen.
Casca el huevo en un bol y separa la yema de la clara.
Cuando el aceite esté bien caliente, echa la clara poco a poco y con cuidado.
Con una cuchara o epumadera, ves tirando aceite desde los lados de la sartén hacia la clara y cuando empiece a hacerse una puntilla, pon con cuidado la yema en medio de la clara sin que se rompa. Añádele un poco de sal, a la clara y a la yema. Y sigue echando aceite de los laterales sobre el huevo.
Saca el huevo con cuidado con una espumadera para que se escurra el aceite.
RECURSOS CULINARIOS:
Si te gusta la clara menos hecha, cuando casques el huevo, ponlo directamente, clara y yema a la vez y sácalo antes.
Si te gusta la yema muy hecha, ves poniendo con una cuchara aceite caliente sobre esta.
Si lo haces con muy poco aceite y sobre una sartén antiadherente, no lo fríes, pero te queda un huevo a la plancha, que es como lo hacen en otros países. Más "healty", pero no es frito.