Cuando empiezas en esto de los blogs no tienes ni idea de donde te metes. No piensas en la cantidad de recetas, de bitácoras y blogers, que descubres. No sabes la cantidad de horas que te vas a tirar mirando y leyendo tutoriales para centrar pestañas, editar fotos, mejorar el aspecto general del blog. De la cantidad de tiempo que vas a tardar en hacer un post, porque primero publicas lo que comes pero con el paso del tiempo comes lo que publicas y ya cambia todo. Piensas la receta, te haces con los ingredientes, haces el plato, lo emplatas intentando que quede bonito, lo fotografías, escoges la foto a editar, la editas, la guardas, escribes el post, lo revisas, lo corriges, y si forma parte de un reto... RETO, eso tampoco tienes ni idea de lo que es... hasta que tienes un blog.
Uno de los primeros retos en los que participé fue el que Carmen de Recetas de Tía Alia hacía mensualmente. Ella escogía dos recetas, una dulce y otra salada de un recetario escrito por su Tía Alia. Tenías que escoger una receta de las dos y publicarla un día determinado del mes. Me pareció la bomba, podía participar y era gratis! (evidentemente... no tenía ni idea)
El recetario de Tía Alia me encanta, por sus recetas ricas y por la forma en que está escrito. Escrito como se escribían antes las recetas, algunas veces sin cantidades y abiertas a interpretación y esa ha sido la gracia de este reto, los participantes teníamos que publicar la receta el mismo día. Cada uno hacía su interpretación, por las cantidades, por el añadido o cambios de ingredientes o por la forma de presentar la receta.
No se si Carmen le contó alguna vez a su tía Alia la que había liado con su recetario, y tampoco se si entendió la magnitud de esta historia. Supongo que para una persona que escribió a máquina sus recetas, por el placer de recopilarlas o porque las quería pasar a los que venían detrás, le costaría entender al 100% que algún día gracias a un invento llamado ordenador y a otro llamado Internet tu nombre y tu recetario iba a ser leído y compartido por tanta gente.
Hoy todos los que publicamos en este reto hacemos la última entrada, así lo ha decidido Carmen, Alia se ha marchado y hay que cerrar esta etapa para abrir otra. El reto se para aquí. Ha sido una gozada participar en el reto, los que seguís este blog os habréis dado cuenta que la constancia no es mi fuerte, aunque es parte de mi encanto y he ido participando de tanto en tanto. Con el reto de Carmen mis recetas han llegado casi siempre en el tiempo marcado, pero por los pelos, una vez llegó tarde y no me enlazaron , pero publiqué, y cambiar un poco la receta ha sido mi sello personal. De este recetario son las manzanas doradas, las naranjas acarameladas, la fresa muselina, o mi receta express de castañas al chocolate por decir algunas.
Me ha gustado pasear por sus paginas en busca de una última receta. Me costó decidir, lo he paseado cuatro o cinco veces entero para quedarme con la receta del pan de nueces de la pag. 221. Un pan sabroso y dulce que casi desgracio del todo en el último momento, Seguro que Confucio diría ''No hornees y te encantes con el ordenador a la vez'', aunque lo se.... nunca lo aprenderé. He salvado la foto de milagro, el azúcar glasé es un gran aliado en estos caso, pero si haces el pan, no lo pongas que no hace ninguna falta, ja, ja, ja....
INGREDIENTES
Medio kilo de harina.
Una taza de leche, 300ml.
100gr.de azúcar.
100gr.de pasas.
100gr.de nueces.
Dos cucharadas de levadura en polvo.
La receta original:''Se mezcla todo bien y se forma con la masa un pan que se pone al calor de la lumbre, lo menos una hora para que crezca. Se mete después en el horno. Para conocer que está bien cocido se le mete una aguja que debe salir seca.''
Mis cambios:
En vez de levadura en polvo he preferido la levadura fresca unos 10 gr. que he diluido en la leche y he mezclado con la harina. He añadido el azúcar y una pizca de sal. Siempre que utilizo harina, le pongo la pizca de sal. Cuando he tenido lista la masa he añadido las pasas, y las nueces un poco picadas. Como a la masa le faltaba un poco de elasticidad me unté las manos con un poco de aceite de oliva virgen y seguí amasando, esto lo repetí dos veces ( una cucharadita de aceite cada vez). Una vez lista la masa, la dejé reposar en un bol tapado dentro de la nevera hasta el día siguiente, Me gusta que las masas fermenten en frío.
Al día siguiente dejé atemperar la masa, e hice bolas pequeñas que fui poniendo en una fuente bastante juntas pero sin que se tocaran. Dejé fermentar la masa una hora mas y cuando esta esté crecida la metes en el horno ya caliente. No os puedo decir el tiempo de cocción, el encantamiento del ordenador tiene la culpa pero creo que entre doce y quince minutos es suficiente (horno a 200º) y si no, atentos a que el pan esté dorado y al pincharlo la aguja salga seca.
Creo que es uno de los post mas largos que he escrito nunca, pero esta entrada es especial, es mi pequeño homenaje a un reto y dos mujeres que han compartido con nosotros algo que nos encanta, un recetario de cocina, un recetario de su familia.
Gracias Alia, por escribirlo. Gracias Carmen, por compartirlo. Con vuestro permiso me llevo unas cuantas recetas para ir haciendo.
Goodbye RETO.
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